Guía de ácido glicólico The Ordinary: características, beneficios y uso

El ácido glicólico es un ingrediente fundamental para quienes buscan renovar la piel, mejorar su textura y obtener un tono más uniforme, destacándose como una opción efectiva y accesible para mejorar su apariencia.

En esta guía, te explicaremos todo lo que necesitas saber sobre el ácido glicólico en los productos de

, una marca reconocida por ofrecer fórmulas simples, potentes y a buen precio.

El ácido glicólico es un tipo de alfa hidroxiácido (AHA) derivado principalmente de la caña de azúcar. Se caracteriza por ser un exfoliante químico que ayuda a eliminar las células muertas de la piel, promoviendo una renovación celular constante y visible. 

Su pequeño tamaño molecular le permite penetrar profundamente en las capas superiores de la piel para actuar de forma más efectiva. Este ácido funciona rompiendo los enlaces que mantienen unidas a las células muertas en la superficie cutánea, lo que facilita su desprendimiento y revela una piel más fresca y luminosa. 

A diferencia de otros AHAs, el ácido glicólico es especialmente popular por su potencia y rapidez de acción. Además, es diferente al ácido salicílico, un beta hidroxiácido (BHA) que penetra más en los poros y es más adecuado para pieles grasas o con tendencia acneica.

Los productos con ácido glicólico de

cuentan con características específicas que garantizan su eficacia y seguridad. A continuación, exploraremos en detalle estas particularidades para que comprendas qué esperar de estos productos y cómo se adaptan a diferentes necesidades.

The

utiliza concentraciones controladas de ácido glicólico, que suelen variar entre un 7% y un 10%. Estas concentraciones resultan suficientemente potentes para exfoliar la piel y promover la renovación celular sin causar daños severos cuando se usan correctamente.

El porcentaje elegido determina la intensidad del efecto exfoliante y la frecuencia recomendada de uso. Las concentraciones más bajas son ideales para principiantes o pieles sensibles, mientras que las más altas son aptas para quienes ya están acostumbrados al activo y buscan resultados más visibles.

El pH del producto juega un papel clave en la eficacia del ácido glicólico.

ajusta sus fórmulas para mantener un pH ácido generalmente entre 3.5 y 4.0. Este rango favorece la exfoliación química al tiempo que minimiza la irritación.

Un pH más alto reduce la efectividad del ácido, mientras que uno demasiado bajo puede ser demasiado agresivo para la piel. Por eso, el equilibrio del pH en estos productos garantiza una exfoliación segura y bien tolerada por la mayoría de los tipos de piel.

En

, el ácido glicólico se presenta en distintos formatos, principalmente en soluciones líquidas y tónicas. Estas fórmulas suelen ser ligeras, de rápida absorción y fáciles de incorporar en la rutina de cuidado de la piel.

La textura ligera facilita la aplicación y permite que el ácido penetre rápidamente en la piel para empezar su acción exfoliante. Estos productos no suelen dejar sensación grasa ni pesada, lo que los hace cómodos para usar tanto en pieles secas como en las más grasas.

La mayoría de los productos con ácido glicólico de

tienen una textura líquida o ligeramente acuosa. Esta característica ayuda a que la aplicación sea uniforme y que el producto se distribuya fácilmente por el rostro.

Además, estas presentaciones suelen venir en envases con gotero o spray que permiten dosificar con precisión la cantidad necesaria, evitando el desperdicio y facilitando su uso diario.

El ácido glicólico ofrece numerosos beneficios para la piel, respaldados por investigaciones dermatológicas. Aquí te contamos las principales ventajas que puedes obtener al incorporar este activo en tu rutina con productos de

.

Una de las funciones más importantes del ácido glicólico es exfoliar la piel de forma química. Al eliminar las células muertas, estimula la renovación celular, lo que da como resultado una piel más suave y luminosa.

Esta exfoliación profunda permite también limpiar los poros de impurezas, previniendo la formación de puntos negros y brotes de acné, mejorando así la textura general de la piel.

El uso regular de ácido glicólico contribuye a suavizar la textura irregular e igualar el tono de la piel. Reduce la aspereza causada por células muertas acumuladas y atenúa las manchas superficiales o zonas de hiperpigmentación.

Con el tiempo, la piel adquiere un aspecto más uniforme, fresco y saludable, lo que mejora la apariencia general y la confianza en la propia imagen.

El ácido glicólico también ayuda a desvanecer manchas oscuras, marcas de acné y cicatrices superficiales. Al acelerar el proceso de renovación, facilita que las áreas dañadas se reparen más rápido y que las manchas disminuyan su intensidad.

Este beneficio es muy valorado por quienes buscan mejorar imperfecciones sin recurrir a tratamientos agresivos o costosos.

Más allá de la exfoliación, el ácido glicólico estimula la producción de colágeno, una proteína esencial para mantener la firmeza y elasticidad de la piel. 

Este efecto contribuye a reducir líneas finas y arrugas, otorgando un aspecto más juvenil y saludable. Al mejorar la estructura interna de la piel, también ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro y mantener un cutis terso.

Gracias a su capacidad para mantener los poros limpios y eliminar células muertas, el ácido glicólico resulta útil en la prevención y manejo de acné leve a moderado. Disminuye la obstrucción que provoca los brotes y ayuda a controlar la producción de sebo.

Incorporar productos con ácido glicólico en la rutina puede complementar tratamientos específicos para el acné, mejorando los resultados y acelerando la recuperación.

El ácido glicólico elimina la capa superficial muerta, permitiendo que otros productos se absorban mejor y actúen con mayor eficacia. Esto potencia el efecto de hidratantes, sueros y tratamientos específicos que se apliquen después.

Por eso, usar productos con ácido glicólico correctamente puede optimizar toda tu rutina facial y maximizar los beneficios de cada paso.

Incorporar el ácido glicólico en la rutina facial requiere seguir ciertas pautas para proteger la piel y aprovechar al máximo sus beneficios. A continuación, te damos recomendaciones clave para usar estos productos de forma segura y efectiva.

Lo ideal es comenzar con aplicaciones espaciadas, por ejemplo, dos o tres veces por semana, para permitir que la piel se adapte. Puedes aumentar la frecuencia gradualmente hasta llegar a un uso diario o casi diario, dependiendo de la tolerancia de tu piel.

Los productos con ácido glicólico suelen aplicarse por la noche, ya que la piel se regenera mientras duermes y se evita la exposición directa al sol, que puede aumentar la sensibilidad.

El ácido glicólico incrementa la sensibilidad al sol, por lo que usar un

de amplio espectro cada día es imprescindible. Sin protección, puedes sufrir irritaciones, quemaduras o manchas.

Evita aplicar productos con ácido glicólico sobre la piel dañada, con heridas o quemaduras solares. Si experimentas irritación severa, suspende su uso y consulta con un especialista.

Evita mezclar ácido glicólico con otros exfoliantes potentes, retinoides o vitamina C en la misma aplicación para reducir el riesgo de irritación. Alterna su uso en diferentes días o momentos del día. Si usas otros tratamientos activos, consulta cómo combinarlo para no sobrecargar la piel y lograr resultados equilibrados.

Es común sentir una ligera sensación de hormigueo o enrojecimiento al comenzar a usar ácido glicólico. Si notas irritación persistente o molestias, reduce la frecuencia o la cantidad aplicada.

La hidratación y el uso de productos calmantes pueden ayudar a mejorar la tolerancia. Si los síntomas continúan, suspende el producto y busca orientación médica.

Las pieles sensibles o secas deben comenzar con concentraciones bajas y menor frecuencia para evitar sobreexposición. Las pieles grasas o resistentes toleran mejor concentraciones más altas y usos más frecuentes.

Observa siempre la reacción de tu piel y ajusta el uso de acuerdo con sus necesidades y características particulares.

Existen ideas equivocadas sobre el ácido glicólico que pueden generar dudas o mal uso. Aquí aclaramos las más comunes para ayudarte a entender mejor este activo.

Este es uno de los mitos más extendidos. El ácido glicólico no adelgaza la piel; por el contrario, al promover la renovación celular y estimular el colágeno, contribuye a fortalecer y revitalizar la barrera cutánea. Usado correctamente, mejora la textura y firmeza sin dañar la piel.

Aunque es un exfoliante químico potente, el ácido glicólico no debe usarse en exceso. Aplicarlo con demasiada frecuencia o en altas concentraciones sin descanso puede provocar irritación y sensibilidad. La clave está en la moderación y en seguir las indicaciones para evitar efectos adversos.

El ácido glicólico se diferencia de otros exfoliantes por su tamaño molecular pequeño y capacidad para penetrar profundamente, lo que ofrece resultados más rápidos y visibles. No todos los exfoliantes actúan igual, y elegir el adecuado depende de las necesidades de tu piel.

La renovación celular y los efectos del ácido glicólico toman tiempo. Es necesario ser constante y paciente, ya que los cambios visibles suelen aparecer después de varias semanas de uso regular. La constancia garantiza resultados duraderos y efectivos.

Este es un error común que puede generar daños. El ácido glicólico aumenta la sensibilidad a la radiación UV, por lo que usar

diariamente es fundamental para evitar quemaduras, manchas y daños a largo plazo.

El ácido glicólico en los productos de

ofrece una solución efectiva y accesible para mejorar la textura, tono y salud de la piel. Sus propiedades exfoliantes y renovadoras, junto con una formulación controlada y segura, permiten integrarlo en diversas rutinas faciales con resultados visibles.

Si buscas este tipo de productos, en Mercado Libre puedes conseguir opciones con ácido glicólico de The Ordinary que se adaptan a tus necesidades. Recuerda siempre proteger tu piel con

y consultar con un dermatólogo ante cualquier duda o condición especial.